“Invertir en turismo regenerativo es invertir en salud pública”
Martín Araneda, cofundador de la Iniciativa Global de Turismo Regenerativo, explica que este modelo defiende los viajes que generen impacto positivo en el entorno y la comunidad local
“La sostenibilidad no ha logrado tener el impacto que se esperaba”, señala Martín Araneda, cofundador y director de Desarrollo Evolutivo de la Iniciativa Global de Turismo Regenerativo (IGTR), en una entrevista en exclusiva para Tourinews. La IGTR es un movimiento internacional iberoamericano que agrupa a una comunidad de profesionales del sector turístico para facilitar la co-evolución del ser humano y de la naturaleza a través del turismo regenerativo.
Para estos profesionales, la política de “cero impacto” del turismo sostenible ha quedado obsoleta debido a la falta de resultados. Por ello, buscan una transformación del modelo hacia el turismo regenerativo, que defiende que cada comunidad cree su propia identidad turística, generando herramientas para fortalecer la cultura local y el “kilómetro cero”. Por otra parte, Martín Araneda sostiene que, siguiendo un enfoque como este, los viajes se convierten en un instrumento a través del cual invertir en salud pública.
Pregunta (P): ¿Qué es la Iniciativa Global de Turismo Regenerativo?
Respuesta (R): Es una comunidad que se ha ido construyendo a través de la formación que hemos ido realizando en diferentes lugares de Latinoamérica, sobre todo, aunque también se ha sumado gente de España. Es una comunidad de aprendizaje, donde compartimos nuestro entendimiento acerca de la innovación en materia de turismo regenerativo y las implementaciones que se llevan en diferentes partes, las dificultades del proceso, los aciertos, intentamos darle más visibilidad… Es una temática muy novedosa y la verdad es que es un libro por escribir, más que un tomo terminado.
P: ¿Y qué es el turismo regenerativo?
R: La forma más simple de comprenderlo es comparándolo con nuestro propio cuerpo. Cuando nos hacemos una herida, naturalmente nuestro cuerpo tiene la capacidad de sellar esa herida, mejorarla y regenerar esos tejidos que han sido dañados. Entonces, es algo similar. Ahora, esto se está trabajando en el campo del desarrollo regenerativo, que viene a deshacer el desarrollo sostenible, y dentro de ese marco lo aplicamos al turismo. La sostenibilidad turística se logró entender como una modalidad que generaba cero impacto, pero la regeneración tiene otro enfoque: no es amortiguar los daños del progreso y del desarrollo, sino que es que el desarrollo tenga un impacto positivo en su hacer. Ese es el primer cambio de enfoque.
P: Entonces, ¿la regeneración se va a orientar primero en curar las heridas y después en seguir generando, más que regenerando?
R: No necesariamente. Es cierto que la emergencia de adoptar un modelo regenerativo surge porque, después de todos los años que hemos trabajado en sostenibilidad, nos hemos dado cuenta de que los indicadores ecológicos y sociales no mejoran en el tiempo. La sostenibilidad no ha logrado tener el impacto que se esperaba, por lo tanto, la necesidad de cómo abordar el desarrollo y el turismo de una forma distinta es más o menos imperante. Y sí, nace de observar estas heridas, pero nuestro enfoque va más allá. En lugar de trabajar en sanar una herida específica y localizada directamente, trabajamos en cómo fortalecer ese lugar en su conjunto para que tenga salud, resiliencia y prosperidad, para que pueda ir trabajando con sus potencialidades más que con sus carencias o debilidades. Obviamente, hay lugares en los que, si su lago está contaminado, por ejemplo, habrá que llevar a cabo acciones restaurativas ecológicamente para que el destino turístico recupere y conserve adecuadamente su principal atractivo.
P: En lo práctico, ¿Cómo es el turismo regenerativo?
R: Es una experiencia turística que se conecta con tres relaciones, que son: la relación del ser humano con uno mismo, la relación con los otros –la sociedad y la cultura– y la relación con la naturaleza. La experiencia que se diseña en este modelo lleva a una conexión con esas tres relaciones y, por lo tanto, a una transformación del viajero y de los mismos operadores turísticos, es decir, de quienes van realizando el diseño de la experiencia. Esa es la parte experiencial. Después, en la parte ecológica, sí se van implementando algunas medidas clásicas de la sostenibilidad, como el reciclaje y la gestión de todo el ciclo integral del agua en los hoteles, por ejemplo, con implementaciones tecnológicas. Por otra parte, también es un tema de la identidad de los destinos. Los operadores turísticos van construyendo el destino a largo plazo con las experiencias que van ofreciendo. En ese sentido, hay que conseguir un turismo que esté muy conectado con el lugar y con su historia, con eso que lo hace único. Eso es parte del fortalecimiento del destino más allá del operador y es algo que también se va construyendo, por lo que es fundamental la colaboración entre emprendedores y también público-privada. Es totalmente necesario para definir –o co-definir– el destino del destino.
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«La responsabilidad del viajero es ir demandando y diseñando una nueva forma de viajar»
P: ¿Qué habría que cambiar o eliminar del modelo turístico actual para que fuera regenerativo?
R: La eliminación es un poco difícil, más bien es un tema de transformación. Por ejemplo, sabemos que las emisiones de los aviones son un causante relevante de dióxido de carbono en la atmósfera. Por lo tanto, al igual que se habla de la alimentación de kilómetro cero, podríamos plantearnos: ¿qué turismo puedo hacer de kilómetro cero? Pues podría ser uno donde prevalezca el caminar y la movilidad a bicicleta, por ejemplo. Entonces, tenemos que ver cómo vamos diseñando los destinos turísticos de forma que favorezcan ese potencial de movilidad, que es mucho más saludable y más lento, por lo que va cambiando la experiencia de conocer un lugar. Y, si venimos en avión desde un lugar lejano, pues pasar más tiempo en el destino.
Entonces, la responsabilidad del viajero es ir demandando y diseñando una nueva forma de viajar. Y, al igual que el tema de la movilidad es súper relevante, también lo es fomentar una alimentación vinculada a alguna forma campesina de vida y que esté articulada con el territorio. El turismo es una herramienta para ir generando fortaleza en los lugares, en sus matrices productivas de alimento, energía, movilidad… Entonces, también debe existir la mirada del lugar que recibe a los viajeros: el turismo debe apoyar ese estilo de vida y acoplarse.
En el fondo, cada lugar tiene algo muy único que tiene que resaltar y parte de la regeneración tiene que ver con esto de las identidades de los destinos para que puedan florecer, tomando toda su historia y tradición, honrándola y compartiéndola con el otro, que es la esencia de los viajes.
P: Entonces, podríamos decir que el modelo turístico regenerativo es sumamente ambicioso. ¿Cree que el turismo a nivel global tiene capacidad para adoptarlo?
R: El enfoque que nosotros hemos desarrollado tiene que ver con una iniciativa global, pero con acción local. Es necesario contar con esas dos miradas, tanto de política global como de políticas públicas a nivel nacional porque no es algo que se pueda imponer por igual en todos lados, hay que tener en cuenta cuáles son las características únicas de cada cultura y lugar. Entonces, son más bien principios en los que yo me quiero basar para poder diseñar desde mi lugar. Y justamente en momentos difíciles como el que estamos viviendo ahora mismo, donde se están dando muchas enfermedades físicas y mentales en los países desarrollados, los viajes son una vía para que las personas puedan conectar con la naturaleza y desconectar de la tecnología. El turismo, con un enfoque como el regenerativo, puede ser algo de política de salud pública. Es importante que los países puedan invertir en salud pública a través del turismo.